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Peces pelágicos, aspectos biológicos, importancia y ejemplos

Peces pelágicos
Brian Gratwicke/CC BY 2.0

Los océanos de todo el mundo pueden ser subdivididos en ambientes marinos, de acuerdo a sus características ecológicas y topográficas. El ambiente pelágico lo constituye la columna de agua , desde la superficie hasta las mayores profundidades. Pelágico significa “mar abierto” y en este ambiente encuentran su sustento grandes poblaciones de organismos, entre ellos a los peces pelágicos.

Los peces pelágicos son aquellos que que se desplazan por la columna de agua, independientemente de su profundidad, y forman parte del necton. Se clasifican así porque, a diferencia del plancton, los peces pelágicos poseen la capacidad de nadar libremente contra las corrientes y, por lo tanto, son independientes de los movimientos del agua.

Aspectos ecológicos y biológicos

El hábitat de cualquier organismo es una combinación compleja de variables físicoquímicas y bióticas que determinan o describen el lugar donde habitan; el hábitat óptimo es, por lo tanto, el lugar donde un organismo puede maximizar la producción de descendencia durante su vida. Sin embargo, la variabilidad en la distribución, abundancia y tamaño de las poblaciones de este tipo de peces puede ser mejor explicada por medio de la hidrografía y la geografía.

La selección del hábitat es el resultado final de procesos equilibrados entre diferentes determinantes como: factores hereditarios, aprendizaje, depredación y alimentación óptima. Adicionalmente se sabe, por experimentos de laboratorio realizados, que el rango de condiciones preferidas cambia según el estado fisiológico (hambre, estado reproductivo, condición, etc.), edad, estación o aclimatación previa y en ocasiones se encuentra fuera del rango ecológico. En algunos casos, como por ejemplo la variable “temperatura preferencial u óptima”, se encontró que los peces pueden reaccionar más al gradiente que al valor absoluto del parámetro. Este gradiente se puede encontrar en el medio natural y la variación puede ser espacial solamente, o temporal y espacial.

A menudo, aunque no siempre, el tamaño de las poblaciones de algunos peces pelágicos puede variar fuera de fase de su ciclo natural. La causa de esta variación podría involucrar tanto al medio ambiente como a la densidad poblacional; por lo tanto, hablaríamos de procesos dependientes del hábitat y de procesos densodependientes.

Para varios peces pelágicos de importancia económica, la selección del hábitat varía con las etapas de su historia de vida, porque la alimentación y el desove pueden tener lugar en diferentes áreas. Además, con el fin de maximizar su aptitud (factores fisiológicos o físicos), muchos peces cambian de hábitat según un ritmo circadiano o estacional, y algunas veces pueden cambiar de hábitat de un año a otro. Esto da como resultado migraciones de peces pelágicos dentro y entre áreas.

En condiciones naturales, los diferentes factores (bióticos y abióticos) que caracterizan el hábitat suelen estar vinculados, de tal manera que puede resultar difícil identificar el factor clave que sea determinante en la selección de su hábitat definitivo. Por ejemplo, en las áreas de afloramiento costero, un hábitat común de especies pelágicas, es bien sabido que el estrés del viento es responsable de elevar el agua fría y rica en nutrientes a la superficie, lo que resulta en una alta producción de fitoplancton que atraerá especies pequeñas, pero si estas condiciones cambian podrían ocasionar que las poblaciones no residirán permanentemente en esos sitios.

Peces pelágicos pequeños

Las anchoas y las sardinas constituyen ejemplos de especies de peces pelágicos pequeños de gran importancia comercial, razón por la cual se han caracterizado y evaluado tanto a sus poblaciones como a sus hábitats. Otras especies de peces pequeños incluyen al arenque y el espadín; estas cuatro especies comprenden aproximadamente una cuarta parte de la pesca mundial.

Diversos estudios han encontrado que si bien las condiciones donde se distribuyen los stock de sardina y anchoa suelen tener condiciones muy específicas para cada especie que permiten que mantengan y prosperen en el sitio; también pueden compartir características comunes ambas; por ejemplo, se ha encontrado que el proceso de desove y el proceso de desarrollo ocurren dentro de amplios rangos de temperatura (12–26 ° C) y salinidad (<30–36) y ocurren en regiones de alta producción de plancton, asociadas con afloramientos o agua dulce. Aunque a menudo, la sardina es de ambientes más oceánica, mientras que la anchoa es más costera y se le encuentra asociada frecuentemente con afloramientos costeros y ríos impulsados por el viento. La sardina tiende a realizar migraciones más largas entre las regiones de desove y alimentación que la anchoa.

Los hábitats de los peces pelágicos pequeños, como la anchoa (Engraulis) y la sardina (Sardinops, Sardina y Sardinella), incluyen áreas con afloramientos costeros y oceánicos. Estos hábitats se pueden caracterizar tanto por las propiedades de la costa y el fondo (geografía) como por la hidrografía (propiedades del agua). En general, la diferencia entre anchoas y sardinas puede ser más biológica que ecológica, la anchoa se alimenta de partículas más grandes que la sardina, tiene un cuerpo más pequeño (longitud, peso) y migra menos que la sardina.

Las especies de peces pelágicos pequeños también responden fuertemente a las condiciones del ambiente y de la pesca comercial; la variación de sus poblaciones afecta a sus presas (el plancton) y a sus depredadores como peces, aves, mamíferos marinos y al hombre.

Peces pelágicos grandes

El pez vela, pez espada, los atunes, sábalo, marlín, dorados, algunas especies de tiburones conforman el grupo de peces pelágicos mayores. Se ha encontrado que los grandes peces como los atunes, jureles y barracudas suelen ser especies piscívoras. Estas especies suelen encontrarse alejados de las costas.

Este grupo de especies ejercen una influencia considerable sobre otros componentes del ecosistema pelágico de los océanos del mundo, por encontrarse en los niveles más altos de la red trófica. Un factor importante a considerar es que, al igual que muchas especies de peces pelágicos pequeños, este grupo soportan importantes pesquerías a nivel global; las cuales también han sufrido una fuerte sobre-explotación y algunas han llegado a niveles de colapso, por lo que el tamaño de sus poblaciones se ha visto reducido significativamente.

En general, se ha encontrado que los peces pelágicos mayores se alimentan preferentemente de cefalópodos, peces y crustáceos, aunque en diferentes proporciones. A las especies Coryphaena hippurus (Linnaeus, 1758) (Coryphaenidae) y Carcharhinus falciformis (tiburón réquiem, Carcharhinidae) se les considera oportunistas que se alimentan de una variedad de presas (otros peces, zooplancton, crustáceos y moluscos), pero que dependen de la disponibilidad y abundancia de las mismas, mientras que Istiophorus platypterus (especie oceánica, peces picudos, Istiophoridae) (Shaw, 1792) es más selectiva al consumir un mayor porcentaje de peces y cefalópodos. Thunnus albacares (atún aleta amarilla, Scombridae) (Bonnaterre, 1788), es considerada una especie que posee un amplio intervalo de alimentación con altos requerimientos energéticos.

Importancia ecológica de los peces pelágicos

La mayoría de las pesquerías más valiosas para el hombre son soportadas por especies de peces pelágicos. Los niveles de captura han llegado al máximo sostenible en casi todas las pesquerías, incluyendo a las de atunes, lutjanidos, anchovetas y sardinas, trayendo como consecuencia la modificación de las cadenas tróficas en muchas de los ambientes que ocupan. Por ejemplo, especies de lutjanidos son depredadores de alto nivel, su uso como recurso pesquero ha traído como consecuencia la disminución de sus poblaciones, generando una modificación en la estructura de los niveles tróficos inferiores; es decir, ellos contribuyen a controlar las densidades de las especies presa, pero al disminuir las poblaciones de lutjanidos las especies menores aumentan en densidad, generando efectos de cascada en el ecosistema en general.

La complejidad de los hábitats que ocupan los peces pelágicos y el papel económicos que juegan hace necesario un punto de vista holístico para evaluar su dinámica de manera efectiva.

Bibliografía

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